14 febrero 2014

ENTRE PACHECO, REYES Y RAMÓN LÓPEZ CASTRO

Con oportuna erudición, Ramón López Castro –rival de Wikipedia en temas de cine y literatura como pocos literato que conozco -- me ha enmendado la plana en relación al artículo “Una realidad alterna en donde los regios fuimos felices”. En ese texto escribí que, hasta donde tengo noticias, no se ha escrito en México una novela del género denominado ucronía, es decir, narrar hechos históricos como si hubieran ocurrido de manera diferente.

López Castro cita algunas de estas narraciones de escritores mexicanos o referidas a la historia de nuestro país en registro alterado. En principio de cuentas, “El réferi cuenta nueve” del muy injustamente olvidado Diego Cañedo: en una realidad alterna, México es invadido por los nazis los cuales construyen campos de concentración – según investigué más a fondo la trama -- en algunos estados como Nuevo León. La novela de Cañedo es larguísima (más de 400 páginas) casi desconocida  y López Castro la data acertadamente en 1943.

Para mi sorpresa, Alfonso Reyes reseña la novela de Cañedo en su artículo “Una nueva novela mexicana”, a los pocos días de haberse publicado, con atinados elogios al autor: de su ucronía dice que es un “precioso recurso de la fantasía” e imprudente, Reyes revela el final de la trama, a saber, “la invasión de México por las potencias del Eje y su final liberación”.

Como corolario, Reyes ensalza a Cañedo (pseudónimo del arquitecto Guillermo Zárraga, nacido en 1892 y muerto a mediados de los años 70), y desliza una curiosa crítica vedada al régimen, dada la proverbial discreción que el Regiomontano Universal siempre profesó en asuntos políticos: “No dudamos en recomendar su lectura y creemos que enriquece considerablemente el acervo de la novelística mexicana. La negra pesadilla del gobierno pelele puede resolverse en un despertar salutífero para muchos lectores”.

López Castro concluye su enumeración de ucronías ambientadas o creadas en México, citando una novela breve –o noveleta diría Unamuno – escrita por él mismo: “Soldados de la incertidumbre”, obra que leeré en cuanto pueda adquirir un ejemplar.

Por amnesia imperdonable mía – habrá olvidos que sí merecen ser perdonados – no traje a colación en mi artículo de ayer, una hermosa ucronía escrita por otro mexicano: el recientemente fallecido José Emilio Pacheco y que seguirá sepultada en algún número remoto de la revista Proceso, hasta que los deudos del autor de Inventario no recopilen todas sus joyas literarias disfrazadas de artículos periodísticos semanales.

En ese texto, Pacheco narra la biografía de un poeta español, exiliado en México a causa de la Guerra Civil, que escribió lo mejor de su obra en nuestro país, entre poemarios y dramaturgia, y que murió a edad avanzada, becado como investigador del Colegio de México. El poeta biografiado por Pacheco se llamó Federico García Lorca.


Ya se ve que la literatura, a veces, o generalmente, o siempre, es mejor que la propia vida.   

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