26 noviembre 2012

LAS REDES DE OBAMA Y PEÑA NIETO


Sería curioso que en esta primera reunión de Enrique Peña Nieto y Barack Obama, ambos estadistas (bueno, es un decir) intercambiaran experiencias sobre sus respectivos manejos electorales en redes sociales, ahora que vivimos el fenómeno de la digitalización de la vida pública. Los dos han sido marcados, entre otras cosas, por la forma como operaron en Internet, aunque por razones no necesariamente similares.

El éxito de Obama en redes sociales no fue sólo de comunicación sino de matemática aplicada. El comité del partido demócrata quitó preeminencia a los tradicionales asesores de campaña para darles un espacio a los matemáticos y los programadores.  Éstos se valieron de motores digitales y de cruce de variables con software, no para clasificar a millones de electores –como suelen hacerlo las buenas campañas electorales en México—sino para precisar en cada elector sus preferencias políticas, gustos musicales, hábitos de consumo, valores familiares.

En suma: fijaron patrones: levantaron una radiografía de cada perfil, para luego agruparlos y dividirlos en zonas, condados, nichos de indecisos, gremios, seguidores de similares tendencias, posibles donantes, etcétera. Todo con el auxilio de filtradores de contenido o “big data” (sistemas inteligentes que manejan abundantes conjuntos de información). Meses antes de las elecciones de noviembre, Obama ya tenía la imagen clara de cómo se inclinarían los estados-clave, a su favor o en contra.

Jim Messina, comandante en jefe de la campaña de Obama lo explica con sencillez desarmante: “El presidente de Google, Eric Schmidt nos pidió prescindir de políticos y reclutar matemáticos que supieran dibujar lo que queríamos y luego construirlo”. El consejo lo siguió al pie de la letra y milimétricamente.

¿Qué construyeron? Un ejército de voluntarios con el número exacto de ciudadanos a quienes convencer, qué decirles, proponerles, inducirles, de acuerdo al contexto mental propio de cada persona. Fue la red de implicación de voluntades más impresionante que tenga noticia en la historia de las campañas electorales. El “data-mining”, o lo que en este espacio he explicado en anteriores artículos como “minería de datos”, operó en movimiento creciente hasta el día “D”.  

Y lo mejor: el comité de Obama lo hizo al margen de los medios masivos de comunicación. ¿Cuánto influyó la televisión y la radio en el resultado electoral? Difícil saberlo. Acaso tampoco importe en un futuro próximo cuando las campañas vuelvan a ser “de tierra” (como ya pasa en EUA) y no primordialmente “de aire” (como ocurrió en la pasada elección en México). 

Ahora bien, la hazaña matemática de Obama no fue flor de un día: se gestó desde la pasada campaña de 2008, con 14 millones de mails, multiplicados año tras año, , con datos agregados: actualización telefónica, listado de amigos, gustos en Twitter y Facebook y sobre todo actualización de patrones y ajuste de mensajes segmentados. Si a las mujeres de clase media de Denver les atraía entre todas las estrellas de moda, George Clonney, ahí se presentaba el actor con sus argumentos a favor de Obama. Nada improvisado, ni que tuviese que ver la intuición: matemática aplicada sin margen alguno de discrecionalidad.

En cambio ¿cuál fue la hazaña de los hackers mexicanos reclutados en las pasadas campañas presidenciales? Programar infinidad de bots (programas informáticos robots) para enviar tuits y volverlos falsos mensajes en los trending topics de Twitter. Es decir, inventaron tendencias maliciosas a favor de cierto candidato, o al menos desviaron la atención de ataques a la reputación de su cliente presidencial. O sea, les valió madre descubrir patrones de conducta ciudadana: prefirieron inventarlos.

En México tenemos el dudoso honor de haber perfeccionado el llamado “Twister-robot”, solo superado por la herramienta automática de los hackers de Vladimir Putin en la pasada elección rusa, que crearon falsas identidades en la Red (cuenta Morozov que de 46mil cuentas en Twitter que participaron en los pasados comicios rusos, casi 26 mil eran bots, que emitieron 440mil tuits a favor de Putin y en contra de los opositores). Dejo al lector imbuido en esta era digital que decida qué tipo de campaña en redes es más conveniente utilizar en México en las próximas elecciones estatales del 2015. Las diferencias entre una y otra saltan a la vista.

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