30 octubre 2012

VERDUGOS DE LAS REDES SOCIALES


Está en Monterrey Larry Rosen. Para quien no lo conozca, este profesor de neurociencia en la California State University, Dominguez Hills, es uno de los mayores expertos en ciencia cognitiva, y en especial en la relación que tienen las redes sociales con el comportamiento de los menores. 
Según este profesor, los menores de edad que se inscriben en Facebook registran una tendencia abiertamente narcisista en tanto que los adolescentes que también lo hacen reflejan síntomas evidentes de trastornos mentales: agresividad y manías entre otras expresiones antisociales.
Las conclusiones de Larry Rosen no podrían estar más equivocadas. Son el reflejo de las viejas generaciones de científicos que no entienden la realidad actual: no es que cambiaron las respuestas para ellos, sino que cambiaron las preguntas. Pero no se atreven a echar por la borda sus viejos paradigmas.
De manera empírica se puede demostrar que los adolescentes que forman parte de Facebook complementan su interacción social mediante el uso de redes sociales. Subir música, fotografías personales cada cinco minutos; videos donde manifiestan sus dotes creativas, no son rasgos que delaten sus propensiones narcisistas. Todo lo contrario: se salen de su circunstancia íntima, a veces asfixiante, para adecuarse mejor al ecosistema exterior: el de sus semejantes.  
Es más: si para Larry Rosen esto es narcisimo, qué bueno que así recojan la herencia de la palabra derivada del efebo que se enamoró de su propia imagen, reflejada en una fuente. Digamos que los usuarios de redes sociales son narcisistas solidarios. ¿Pero existe algún usuario de redes sociales que no quiera verse bien, atractivo, simpático, ante su círculo de amistades virtuales? ¿es eso necesariamente malo?
Contra la opinión de apocalípticos científicos como Rosen, las redes sociales garantizan una puesta en marcha de identidades personales más seguras con mejor manejo de autoestima personal, habilidad para relacionarse y un entrenamiento constante en dichos rubros. Incluso los adolescentes usuarios de Facebook se vuelven más tolerantes a la crítica y menos aprehensivos. De ahí la contradicción en el argumento de Rosen cuando asevera que Facebook o Twitter da pie para que los introvertidos socialicen a sus anchas. ¿En qué quedamos entonces?
Otra conclusión equivocada de Rosen consiste en asegurar que el uso inmoderado de los medios electrónicos agudiza la depresión y la ansiedad de los usuarios; o que excederse en Facebook ciega a los adolescentes, lesionando la evolución de su aprendizaje sentimental.
¿Pero acaso los adolescentes consultan su Iphone o Blackberry cada 10 minutos para pretender descubrir en la página de su pareja si ésta habló con algún ex novio? Estos asedios a la privacidad del otro fue característica de las generaciones pasadas, no de las de este chavo más seguro de sí mismo como no lo fuimos nosotros. La razón es simple: los adolescentes que consumen más horas en Facebook son mejores en simpatía virtual lo que se traduce en empatía real-social.
Que no quede duda: las redes sociales incrementan la sociabilidad humana y eso nos vuelve a los regiomontanos mejores vecinos o ciudadanos. Larry Rosen puede venir a pontificar a Monterrey sus controvertidos argumentos en contra de la opinión de muchos colegas suyos, pero de cualquier forma, se trata de un experto en ciencia cognitiva que debemos atender y escuchar, aunque sea para rebatirlo mejor.  

No hay comentarios: