19 agosto 2012

MVS Y LA BANDA DEL AUTOMÓVIL GRIS


El acto autoritario de Felipe Calderón de quitarle la banda 2.5 Gigahertz (Ghz) a MVS Comunicaciones es un atentado a la libertad de expresión y a la libre empresa. Dos pájaros de un tiro. Así de simple.

La familia Vargas adquirió esta banda de 2.5 Ghz desde hace 20 años para otorgar servicios de televisión por microondas y lo convirtió en un proyecto empresarial de alto riesgo en aquel entonces, cuando nadie la quería y a nadie le importaba: no llegaba ni de lejos a ser un modelo de negocio exitoso. En otras palabras, los Vargas, como buenos empresarios, se la jugaron. Pero ahora que la banda ancha se ha convertido en la manera ideal de transmitir datos en imágenes, audio y video, los ofertantes se disputan la concesión cuando el gobierno de Felipe Calderón se la retiró a MVS unilateralmente.

Dado que esta banda terminará por formar parte del duopolio televisivo – doble contra sencillo a que así será – el caso delata la intención del poder de someter sin miramiento a los medios de comunicación que no son dóciles con él o a cierto periodismo cada vez más marginal que elige la vía de la crítica sin cortapisas ni eufemismos cómplices, como es el caso de MVS y de esa golondrina que sí hace verano, llamada Carmen Aristegui.     

Con la diferencia de que ahora el poder político no es el único agente autoritario en el sometimiento a las voces críticas. Lo acompaña un oligopolio de concesionarios que pretende quedarse con toda la asignación de frecuencias, simulando equidad en la participación privada en licitaciones y a quien la autoridad pública le ha endosado la facultad de promover candidatos y trayectorias políticas presidenciales. Ya se ve que no a todos los medios de comunicación se les aplica el mismo rasero.

Lo peor es que procediendo MVS por la vía legal, peleando en todas las instancias (ya que Calderón no les dejó ninguna otra opción), las inversiones en ese sector se frenarán por cinco años, tiempo estimado que dure el litigio, y tiempo en el que, de acuerdo con expertos en telecomunicaciones, cambiarán las tendencias tecnológicas globales. Es decir, en México estamos desperdiciando oportunidades muy valiosas para cerrar la brecha digital y ponernos en sintonía con el desarrollo de los mercados hemisféricos.

Se cancela, por ejemplo, el proyecto “Banda Ancha para Todos”, que emprendía MVS en conjunto con Alestra y Clearwire para dar servicio de Internet de banda ancha a 55 millones de usuarios, con una inversión de más de mil millones de dólares. Todo mandado al caño por mera venganza personal de Calderón, antes de traspasar a Peña Nieto el automóvil gris presidencial que piloteó en estado inconveniente por seis años. ¿O por cumplir acuerdos que le protejan y blinden su salida tan accidentada de la Presidencia? ¿O porque Joaquín Vargas se aferró a impugnar la resolución de concentración de Televisa en Iusacell?

Este atentado a la libertad de expresión y a la libre empresa, es doloroso porque lo operan miembros de un partido, el PAN, que por décadas sufrió en carne propia la represión del gobierno en contra de la libertad de expresión y de los movimientos democráticos disidentes. Pero una cosa es denunciar desde afuera, en las orillas de Los Pinos, y otra muy distinta gobernar desde adentro. ¿O será más bien que aquellos panistas legendarios de brillo antiguo no son los mismos que estos “hombres del traje gris” representados por Calderón? Lo escribe mejor José Emilio Pacheco: “Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos”.  

El ataque presidencial en contra de Excélsior, en 1976, selló para mal el sexenio de Luis Echeverría. El ataque presidencial en contra de MVS, en 2012, sellará para peor el sexenio de Felipe Calderón. Para ese baile vamos.

No hay comentarios: