En Jalisco, Nuevo León, y especialmente en Escobedo, con la alcaldesa Clara Luz Flores, se
está a punto de predecir científicamente las coordenadas del próximo asalto o
robo de vehículo, aunque el gobierno estatal no se dé por enterado. El
antecedente más citado (y acaso más frívolo) de este modelo probado no está en
un paper académico, sino en una película: Minority Report (2002)
de Steven Spielberg. Basada en un cuento del gran novelista de ciencia ficción
Philip K. Dick, la trama gira en torno a la posibilidad de que unos cuerpos
élites de seguridad (aquí llamados Precrimen) puedan detener a un
futuro criminal antes de que cometa su delito.
En la historia de Spielberg, esta anticipación se
consigue gracias a la participación de tres mutantes humanos con habilidades
precognitivas, llamados, por obvias razones, “Precog”. En la vida real el
mérito es de un joven físico húngaro, de hombros caídos, gestos vacilantes,
mirada bobina y una voz susurrante, como apenado de aburrir al mundo con sus
portentosos descubrimientos matemáticos. Se llama Albert-Lászlo Barabási y vive
de su sueldo como profesor en la Universidad de Notre-Dame, en Indiana, EUA,
ingreso que no representa ni la centésima parte que obtiene en un año Bill
Gates, pero su aportación a la sociedad del conocimiento, sobre todo con el
algoritmo que constituye su modelo, es comparable al sistema operativo
Microsoft Windows.
Barabási diseñó un modelo físico que con algo de
paciencia puede ser explicado a cualquiera: en ciertos tipos de redes complejas
no todos los nodos distribuidos tienen la misma importancia, y mientras algunos
están conectados a muchos nodos (llamados fundamentales o “hubs”), otros tienen
una conexión muy baja (denominados secundarios). Esto se puede comprender mejor
si lo comparamos con la red de carreteras: los nodos fundamentales son las
ciudades de gran tamaño, bien enlazadas con las demás; las ciudades pequeñas
son nodos secundarios, con pocas vías de acceso.
La conexión preferencial de los nodos
fundamentales genera una ley potencial, que se ilustrarse con un pasaje
bíblico: “Porque a todo el que tiene, se le dará y le sobrará; pero al que no
tiene, aun lo que tiene se le quitará" (Mateo 25:29). En la ciencia, esto
quiere decir que los nodos “hubs”, con muchos enlaces a otros nodos, se les
dará y sobrará, pero los nodos secundarios, con pocos enlaces, se les quitará.
A medida que evoluciona la red, los puntos con más alta conectividad se vuelven
cada vez más ricos en conexiones, en links.
El algoritmo de Barabási se emplea para entender
las redes libres de escala, método útil para mapear las próximas epidemias,
predecir el estado del tiempo, la tendencia del comercio local o internacional,
e incluso intuir los futuros trending topics de Twitter o las tendencias
en las aficiones y gustos de los usuarios en redes sociales como Facebook. En
el caso de los índices de criminalidad, el Modelo Barabási anticipa
georeferencialmente dónde ocurrirá un asalto en los próximos días. Nada tiene
que ver en esto la magia o los actos de hechicería.
A grandes rasgos, el modelo interpreta por
ejemplo, la base de datos (Open Data) de las denuncias registradas por
robo de vehículo en el lapso de 6 meses. Se descubren patrones y frecuencias de
ese tipo de delito para construir una red donde algunos nodos (puntos
geográficos de una ciudad) concentran la mayoría de las conexiones o enlaces.
Si se analiza el desplazamiento urbano de estos enlaces (o links) se
podrá predecir dónde y cuando ocurrirá el próximo delito. El grado de
fiabilidad es casi 90% al menos en ciudades de EUA como Los Ángeles donde el
método se ha aplicado desde hace 5 años.
¿Funcionaría el modelo Barabási en la Zona
Metropolitana de Monterrey? Si se opera con rigor científico es muy probable
que sí. Por lo pronto, parece que el ayuntamiento de Escobedo está analizando
esta opción. Para que funcione al cien por ciento hace falta coordinar varios municipios urbanos y no concentrarlo en uno sólo. El propio Barabási estaría muy interesado en experimentar en Nuevo
León su algoritmo, dada la cobertura global que han tenido los altos índices de
criminalidad y muertes violentas que padecemos los regiomontanos.
Al menos, este húngaro no vendrá a leernos
la mano ni a soltarnos una maldición gitana peor a la que estamos acostumbrados. (ARTÍCULO PARA PUBLICARSE EN REPORTE ÍNDIGO)
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