Se llama Ushahidi. Lo echamos en
falta hace un año un grupo de amigos atrapado en una balacera en Las Mitras. La
lluvia sobre el parabrisas del carro, los vehículos a la deriva, “en medio de
un silencio desierto, como la calle antes del crimen”, diría Villaurrutia en su
poema olvidado. El locutor de radio seguro de que el peligro pasaba. Y el mundo
pega un vuelco. A corta distancia nuestra una mujer corre, cae de bruces y se
incorpora nuevamente. Sombras armadas disparan al aire. La mujer camina a dos
fuegos; cae otra vez frente a nosotros. No hay en el mundo sacerdote, pastor,
rabino que le bendiga su tránsito a la nada. Nadie bendice a nadie. Sólo
corremos.
Desde entonces un grupo de
regios pensamos adaptar la herramienta digital Ushahidi para Monterrey. La idea
era informarnos, al instante, si había levantón o balacera por el trayecto que
tomábamos a casa. La aplicación nos enviaba un aviso instantáneo al Iphone, o
al Blackberry y en un mapa digital se registraba el recuento de incidentes de
la víspera. Si uno era víctima o testigo, podía marcar un número telefónico que
daba aviso urgente al Ejército. No exagero si digo que operaba mejor nuestra
plataforma ciudadana que el C4 del gobierno estatal en el propósito de estar
bien informados. Pero ninguna autoridad nos secundó. De cualquier forma,
llegamos a recibir más de 840 llamadas en nueve meses, una prueba de que el
nuevoleonés vive atemorizado por los elevados índices de criminalidad local.
Ushahidi había nacido en
Kenya para denunciar fraudes electorales, pero no para avisar sobre balaceras o
secuestros. Un grupo de programadores africanos, opuestos a la corrupción y el
fraude electoral del presidente Mwai Kibaki, crearon una plataforma de
Internet, un motor para “gestión de crisis” que recibía los reportes de
atentados milicianos y violencia del Estado. Ubicaron los casos de represión en
un mapa virtual donde los usuarios podían visualizar casi en tiempo real los
puntos neurálgicos del conflicto. La plataforma recibía información anónima de
miles de ciudadanos inconformes, mediante mails, SMS y blogs. Este software de
código abierto recibió el nombre de Ushahidi, que en swahili quiere decir
testimonio o testigo.
Ushahidi no concluyó tras la
crisis electoral de Kenia. Al contrario, mejoró gracias a las aportaciones
desinteresadas de programadores y desarrolladores de Ghana, Sudáfrica, Malawi,
Holanda y Estados Unidos y se puso al servicio de la defensa de derechos
humanos en África del Sur y en la República Democrática del Congo. Al Jazeera la empleó para dar
seguimiento a los casos de violencia en Garza en los primeros meses de 2009 y
sigue utilizándose para registrar fraudes electorales en la Colombia, Brasil,
Bolivia y Venezuela.
En la India se adaptó para
crear http://voterepor.in
que agrega reportes de SMS, noticias y fotos de sus procesos electorales, en un
país donde las elecciones son un caos dado sus 3 millones de kilómetros
cuadrados de superficie y mil cien millones de habitantes. Vote Report continuó supervisando el desempeño de los representantes
electos. En Nuevo León lo usamos para evidenciar incidencias e irregularidades
electorales como compra de voto y padrones rasurados, y si bien usamos el
código abierto original de Ushahidi le agregamos la opción del teléfono móvil y
una línea telefónica de 01-800 para facilitar su uso a los usuarios regios que
no tienen computadoras o Internet.
Pero
Ushahidi ha servido principalmente para apoyar medidas de rescate de seres
humanos en casos de desastres naturales como el terremoto de Haití del 12 de
enero de 2010 que costó la vida de más de 150 mil personas, sólo en la capital
Puerto Príncipe, y es considerado el mayor sismo en ese país en 200 años. Muchos
sobrevivientes atrapados y lesionados entre los escombros pudieron ser
localizados y puestos a salvo en el Hospital de Jimaní, el Hospital General
Melenciano y los centros de salud, gracias a Ushahidi Haití porque las líneas de comunicación telefónicas se
habían colapsado.
Cuando
hace un año le pedimos ayuda por Facebook para adaptar Ushahidi a la seguridad
pública de Monterrey, Gaurav Mishra, colaborador de Voter Repor India, nos dijo que la clave consiste en darle sentido
a la información mediante agregación, etiquetado, filtrado y geolocalización, a
pesar de que en algunas regiones del planeta los gobiernos impiden disponer de
datos fiables como sucedió en el conflicto de Rusia y Georgia o entre Palestina
e Israel en Gaza. O como pasa en México.
Ahora vamos a aplicar Ushahidi
para informar sobre irregularidades electorales en Monterrey. Tendremos lista
la aplicación el próximo fin de semana. No estamos a favor ni en contra de
Margarita Arrellanes o Felipe Enríquez. Nuestra meta es que en la capital de
Nuevo León los votos cuenten y se cuenten bien. Y demostrar que la inteligencia
colectiva y las redes sociales son útiles para acabar con el clientelismo
electoral, tan arraigado localmente. Y que a pesar de nuestras mediocres
autoridades públicas, fundaremos más pronto que tarde, la Sociedad del
Conocimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario