Que nadie se preste a engaño: la India no es sólo el país que alardea de vanguardia tecnológica y crecimiento económico solo equiparable al que experimenta Brasil, China o Rusia.
Más bien la tierra de Gandhi es una contradicción en esencia: es un territorio de guetos que no se mezclan, que viven aislados en un entorno de indiferencia suicida.
Ningún otro documento más revelador sobre ese país que el libro de Octavio Paz: "Vislumbres sobre la Índia", una obra que combina la autobiografía con el ensayo. Su lectura me hizo entender que el modelo de analogía explica aquella cultura, y al comprender su significado íntimo, esclarece nuestras propias heridas. Sus cicatrices mentales son las nuestras, en México.
La India es un mosaico de castas diferenciadas y desigualdad social galopante. Su cultura machista arrastra traumas milenarios que no podrá corregir la tecnología sino la cultura.
Las mujeres apenas son consideradas mascotas domesticadas. Bolliwood es una industria cinematográfica en ascenso tratando de emular la glorias pasadas de Hollywood, cuando los nuevos formatos mediáticos han cerrado el ciclo legendario del cine convencionales.
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