La portada del Huffington Post del 7 de febrero de 2011 presentó una editorial de su directora general Arianna Huffington muy diferente a lo que se publica a diario; por lo general ese espacio se dedica a avisar sobre nuevas secciones, fichaje de nuevos periodistas en el equipo o nuevas aplicaciones. Ese día fue tan distinto y decisivo como aquel 9 de mayo de 2005 cuando por primera vez apareció en línea el medio: el Huffington Post había crecido a un ritmo vertiginoso gracias a la visión comercial de su co-fundadora y de su principal inversionista Kenny Lerer, apoyados por el Consejero Delegado Eric Hippeau y por el equipo comercial de Greg Colman. Pero esa mañana neoyorquina, a varios grados bajo cero, Arianna dio oficialmente el gran salto: anunció que el Huffington Post había sido comprado por America On Line (AOL), una de las principales compañías de servicios y contenidos en Internet de Estados Unidos, por la nada despreciable suma de 315 millones de dólares, es decir 10.1 dólares por cada usuario único mensual (para poner en perspectiva estas cifras recordemos que Facebook está valorada en el mercado en 50 mil millones de dólares).
¿Por qué aceptó Arianna vender su agregador de noticias a AOL? No sólo porque ella seguiría capitaneando la línea editorial, dirigiendo una nueva empresa ahora conocida como The Huffington Post Media Group, con lo que garantizaba la línea liberal que ella eligió desde que se separó de su marido republicano; sino porque con sus nuevos socios su periódico convertirá el contenido de videos que ocupaba 30 por ciento de su portal a 70 por ciento y podría cubrir más de 800 ciudades de Estados Unidos (una valiosa infraestructura para el periodismo ciudadano que ella promueve de cara a las elecciones presidenciales de 2012). AOL también le ofreció poner al servicio de su medio los estudios de televisión de última generación que tiene en Nueva York y Los Ángeles, además de sumar otras aplicaciones suyas como autoblog, música, AOL Latino y Voces Negro.
The Huffington Post, ubicado en el Soho neoyorquino, nació como periódico en línea y agregador de noticias 24/7, con operación de bajo costo, soportado por 127 empleados, la mayoría treintañeros, 55 de ellos periodistas, 6 mil blogueros eventuales (comenzó con 500) y 30 expertos en tecnología, ubicados en Estados Unidos, India, Filipinas, Chile, Argentina, Ucrania y Vietnam; con cobertura en política (apenas un 25 por ciento del sitio), entretenimiento, ecología, noticias internacionales y humor, desde una perspectiva progresista, afín al partido demócrata y con una penetración tal entre lectores que para 2010 rebasaba 22 millones de usuarios cada mes, dejando lejos a rivales de derecha tan exitosos como Druge Report.
Su truco editorial consiste en detectar los términos de búsqueda más frecuentes en Google para redactar reportajes referidos a ellas y extraer los mejores contenidos de otros portales (40 por ciento de los contenidos del medio se maquilan, llamémosle así, por outsourcing); luego se diseñan historias de manera que alcancen rápidamente la optimización del motor de búsqueda. Pero el verdadero secreto del éxito de Huffington Post reside en los comentarios de los lectores, los cuales pueden llegar, en frecuencia, a 5 mil por nota, con lo que se ha convertido en una red social y empíricamente se comprueba lo dicho por Arianna: “la gente no solo quiere consumir información, quiere participar. En reconocer ese impulso está el futuro del periodismo”.
Su truco editorial consiste en detectar los términos de búsqueda más frecuentes en Google para redactar reportajes referidos a ellas y extraer los mejores contenidos de otros portales (40 por ciento de los contenidos del medio se maquilan, llamémosle así, por outsourcing); luego se diseñan historias de manera que alcancen rápidamente la optimización del motor de búsqueda. Pero el verdadero secreto del éxito de Huffington Post reside en los comentarios de los lectores, los cuales pueden llegar, en frecuencia, a 5 mil por nota, con lo que se ha convertido en una red social y empíricamente se comprueba lo dicho por Arianna: “la gente no solo quiere consumir información, quiere participar. En reconocer ese impulso está el futuro del periodismo”.
Al paso del tiempo, Huffington Post ha creado comunidades de usuarios de sitios especializados como “HuffPost GlobalBlack”, dirigidos a los lectores de comunidades étnicas, con “la visión de la experiencia negra”, según un comunicado del medio y temáticas controvertidas como la del sitio “HuffPost Divorce”, sin olvidar las páginas web dedicadas a información local, como Chicago, Los Ángeles, Nueva York y Denver. Su audiencia más prestigiosa (conformado por líderes de opinión y personas del upper crust) crece a un ritmo de 22 por ciento (porcentaje de diciembre de 2009 en comparación con diciembre de 2010 ), y se ubica en el tercer lugar de audiencia mensual del mundo (apenas detrás de The New York Times Brand y de Mail Online) en el rubro de periódicos online y en el segundo lugar en tráfico diario, según datos proporcionados por ComScore en diciembre de 2010. Un años antes, había rechazado una oferta de Yahoo! por 120 millones de dólares, pero la oferta de compra presentada por Tim Armstrong (Presidente y CEO de AOL) era sustancialmente más atractiva.
Este giro financiero del medio fue el corolario de la propia transformación que había impreso a su vida personal Arianna Stassinopoulos, la reina de las relaciones públicas y la innovación en periodismo digital, nacida e 15 de julio de 1950 en Grecia, naturalizada norteamericana y madre de dos hijas. Había estudiado en la Universidad de Cambridge y en 1972 obtuvo su maestría en Economía. En 1980 mudó su residencia de Londres a Los Ángeles y comenzó a escribir artículos para la revista conservadora National Review, donde comandó las críticas mediáticas contra el affaire Clinton-Lewinsky y fue una de las principales promotoras de la renuncia del ex-presidente. Hasta hace algunos años, nadie imaginaba que la entonces comentarista conservadora y carismática esposa del magnate republicano Michael Huffington, divorciada en 1990 tras reconocer su marido su condición de bisexual, pudiera dar el salto primero en la política, arrollada como pre-candidata al gobierno de California en 2004, por el actor Arnold Scharzenegger y como militante demócrata “conversa”, seguidora ferviente del candidato presidencial John Kerry. Después, como fracasado personaje de televisión al lado del comediante Al Franken, en el programa Strange Bedfellows, comentarista radial de 7 Days in America, autora de once libros, entre ellos la biografía tanto de María Callas (1981) como de Picasso (1996), y exitosa bloggera top leída por cada vez más internautas.
Un día, Arianna tuvo la ocurrencia de invitar a blogueros famosos a colaborar con ella y el sitio, con 3.5 millones de visitantes únicos, se convirtió en una romería de intelectuales y celebridades. Desde ahí se pronunció contra la guerra de Irak, condenó al ex presidente George W. Bush y recientemente se pronunció contra la Secretaria de Estado Hillary Clinton: “En el infierno hay un lugar para quienes pudieron hacer algo para detener la guerra y no lo hicieron, y entre ellos se encuentra Hillary Clinton".
En 2009, la revista Forbes la ubicó en el lugar número 12 en la lista de mujeres más influyentes del mundo. Pero su imagen pública no ha estado exenta de controversias: en Grecia los medios la acusan sistemáticamente de ambiciosa y en 2010 dos consultores demócratas, Peter Daou y James Boyce, la acusaron legalmente de robarles la idea de crear un agregador de noticias con tinte liberal, para competir con el conservador Druge Report. El chisme fue motivo de un extenso reportaje de Vanity Fair.
En 2009, la revista Forbes la ubicó en el lugar número 12 en la lista de mujeres más influyentes del mundo. Pero su imagen pública no ha estado exenta de controversias: en Grecia los medios la acusan sistemáticamente de ambiciosa y en 2010 dos consultores demócratas, Peter Daou y James Boyce, la acusaron legalmente de robarles la idea de crear un agregador de noticias con tinte liberal, para competir con el conservador Druge Report. El chisme fue motivo de un extenso reportaje de Vanity Fair.
Cuando fundó Huffington Post, Arianna lo hizo a partir de tres principios que ella misma denomina las “3-E”: engagement (compromiso), empathy (empatía) y energy (energía). La primera se refiere al compromiso de la audiencia con el medio, en la que los ciudadanos aportan o comentan sus puntos de vista mediante posts; la segunda a la perspectiva optimista, difundiendo historias como la que protagonizó Seth Reams, un conserje de Portland, Oregon, quien, tras ser despedido y para no sentirse inútil, creó junto con su novia el portal “We’ve got time to help”, donde se conectan internautas de la localidad con tiempo extra, en su mayoría cesantes, con ganas de contribuir a la comunidad. Finalmente, la energía alude al dinamismo y evolución que debe tener cualquier medio de comunicación.
Entre los célebres colaboradores eventuales de Huffington Post se encuentran Barack Obama, Hillary y Bill Clinton, Madonna y Bill Gates, recibiendo4 millones de comentarios por mes. El director gerente del Fondo Monetario Internacional, por ejemplo, ha contribuido como bloguero con un post sobre empleo y crecimiento económico. Con la ventaja de acceder a la escala masiva de AOL, Huffington Post incrementó su target, generando la posibilidad de mayores espacios publicitarios. Este acuerdo representó la configuración de un nuevo medio de comunicación que captaría 270 millones de usuarios únicos al mes en el mundo y 117 millones de usuarios en EUA para el portal de Arianna, quien, además, sería la editora de contenidos en el resto de los sitios que integran AOL, como Engadget (comprado en 2005) y TechCrunch (comprado en 2010).
Lo interesante es que AOL, fundada en 1983, no busca tanto incrementar la audiencia sino reposicionar su marca, tan dispersa en productos no articulados unos con otros, y después de un fracaso comercial que no previó en 2001 con la adquisición de Time Warner por 100 mil millones de dólares y que provocó su crisis en 2009 cuando ambas compañías se separaron. AOL había dado varios bandazos casi mortales antes de formalizar la oferta al Huffington Post. Lejos estaban aquellos años en que había llegado a valuarse en más de 230 mil millones de dólares y contaba con 30 millones de usuarios en el mundo gracias a su software para acceder a Internet, muy popular a finales de los años 90.
Arianna Huffington justificó la venta de su sitio a AOL diciendo que viajaría al mismo destino, con la misma gente al volante y los mismos objetivos, pero ahora llegaría “mucho más rápido”. Antes había discutido con Kenny Lerer una frase que es el título del best seller del profesor Clayton Christensen: Dilema del Innovador; en este libro se explica cómo empresas exitosas con personal muy capaz, tienden a apegarse demasiado a las estrategias que los hicieron exitosos, quedando vulnerables a las condiciones cambiantes y la nueva realidad del mercado. Arianna, la innovadora, no iba a caer en este dilema. Tras el cierre de la operación de venta, publicó a ocho columnas: “no podemos esperar para comenzar el viaje”.
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