Cuando el huracán Katrina azotó Nueva Orleans en 2005,
muchos parecieron descubrir que los barrios pobres en Estados Unidos estaban
más desprotegidos de lo que se pensaba. En México sí tenemos más noticias sobre
la marginación urbana porque la miseria campea por doquier y los hijos de
Sánchez merodean en cada esquina.
También es muy diferente el tratamiento que da la autoridad
pública a los barrios pobres: mientras en México los políticos se hacen los
desentendidos, en Estados Unidos desalojan a los miserables de las áreas “en
rehabilitación” a golpe de bulldozers.
Allá esconden en guetos urbanos a los negros, latinos y desempleados. Aquí se toleran
los asentamientos en predios irregulares, a condición de que sean fuente de
votos en cada elección a cambio de despensas o dinero en efectivo.
Un sociólogo llamado William Julius Wilson, discípulo de
Keynes, se volvió célebre en los 90 explicando que la verdadera causa de los problemas
en los sectores sociales inferiores no es la violencia sino el desempleo. La
culpa de la criminalidad no es de latinos o negros, sino del sistema económico
que hacina millones de desempleados o trabajadores mal pagados. ¿El remedio? De
nuevo Keynes: mucha inversión pública para tener a la gente ocupada.
Por esos años se inscribió en la Universidad de Chicago un
joven nacido en Madres y criado en el sur de California: moreno, cabello largo
y semblante de pandillero. Su nombre es Sudhir Venkatesh y acabó como estudioso
de zonas urbanas pobres, en especial de los desarrollos de vivienda pública a
bajo costo, como el “Robert Taylor Homes”, creado en Chicago en los años 60,
que, en vez de eliminar, incrementó el crimen organizado y la violencia racial.
Aunque ha publicado una buena cantidad de libros sobre el
tema, Venkatesh sólo consiguió cierta fama cuando los autores del best seller Freakonomics retomaron algunas de sus
ideas principales, como sus estudios “in situ” del mercado de crack. Sin
embargo, la obra que ha consagrado a Venkatesh es Gang Leaders for a Day (2008), aún no traducida al español, pero puesta
de moda porque esta semana la seleccionó como lectura el Club del libro de Mark
Zuckerberg, dueño de Facebook. Venkatesh narra su incursión en el “Robert
Taylor Homes” y despliega historias sobre la lucha de los habitantes de esos
suburbios por sobrevivir dentro de los espantosos edificios de concreto, y
sortear la suciedad de las calles, el deterioro del entorno y la peligrosidad
flotando en el aire.
Venkatesh consigue darle rasgos humanos a los delincuentes
con quienes se relaciona. Intima con ellos; los vuelve sus amigos. Así se
entera del costo del gramo de coca y cómo administran su negocio los
narcotraficantes Descubre (no sin un dejo de demagogia académica), que el único
crimen es la pobreza. Cuando la familia muere de hambre día a día, delinquir es
uno de los pocos recursos que quedan. Otra opción es la piratería, la venta al
menudeo de chatarra y la prostitución. A fin de cuentas cumplen con la máxima
“hacer todo lo que se necesita” (whatever
it takes).
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