07 enero 2015

Pregunte a Facebook por quién votar

En Nuevo León, los aspirantes a cargos de elección popular han inundado Facebook con publicidad pagada, videos promocionales y mensajes de buenos deseos. ¿Impactará en el resultado electoral el tiempo y dinero que los candidatos inviertan en esa red social? Veamos algunos casos recientes de marketing electoral en Facebook.

Hace años, Facebook hizo un experimento el día de los comicios en EUA en 2010. A lo largo de la jornada, la red social instaló en el perfil de 61 millones de usuarios de ciertas zonas geográficas, un icono que los enlazaba a los centros electorales, un botón dónde podían hacer clic al mensaje “Yo voté” y las imágenes de hasta seis amigos de ese mismo usuario que informaban haber votado ya.

Los analistas de Facebook cruzaron la información obtenida en el experimento con los electores que realmente votaron en las zonas seleccionadas. Y la conclusión fue interesante: una buena cantidad de usuarios reconocieron en su muro que decidieron ir a votar en el momento justo en que se les notificó que sus amigos ya lo habían hecho.

Se estima que, en esas zonas, las urnas recibieron alrededor de 60 mil votos de electores que no tenían pensado hacerlo, hasta que fueron inducidos por el “Yo voté” de sus amigos. El extra de votos en las zonas seleccionadas, por efecto dominó, llegó a 340 mil sufragios de última hora. Sin que los usuarios se dieran cuenta, Facebook los indujo a la acción mediante un algoritmo. ¿Pero más que una inducción, no sería una manipulación?

Inconscientemente, la gente transfiere su estado emocional a otros, mediante un peculiar contagio, una viralización de su condición anímica, sin más vía que la exhibición de señales no verbales. Esto lo ha estudiado recientemente la neurociencia. Basta con expresar una emoción, para que el algoritmo de Facebook inicie su cruce de datos, o como lo definen los expertos, construya su “big data”.

Sin embargo, que esta red social pueda inducir a la gente a votar, no significa que influya en sus preferencias electorales. ¿O si? El instituto Personal Democracy Media, por ejemplo, descubrió en 2012 que Facebook había incrementado deliberadamente el número de post del partido demócrata que aparecía en la parte superior de la fuente de noticias de casi 2 millones de usuarios norteamericanos. No fue casualidad que en ese segmento de usuarios, se incrementara la atención en temas electorales, mediante likes u opiniones propias.

Estos análisis demuestran que Facebook sí influye en el comportamiento electoral de sus usuarios, como también influye en sus preferencias como consumidores. Claro está, se trata de conclusiones sobre segmentos de población de EUA, no de países con otra mentalidad, muy diferente, como la de México.

Aquí, en nuestro país, los electores no nos dejamos influir y menos manipular por las redes sociales en temas políticos (¡Dios nos libre!), porque somos maravillosamente juiciosos, prudentes, analíticos, reflexivos y siempre nos valemos de métodos racionales para decidir nuestra intención de voto, sin que nos compren nuestra conciencia inmaculada y virginal. 

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