En Nuevo León, los aspirantes a cargos de elección popular
han inundado Facebook con publicidad pagada, videos promocionales y mensajes de
buenos deseos. ¿Impactará en el resultado electoral el tiempo y dinero que los
candidatos inviertan en esa red social? Veamos algunos casos recientes de
marketing electoral en Facebook.
Hace años, Facebook hizo un experimento el día de los
comicios en EUA en 2010. A lo largo de la jornada, la red social instaló en el
perfil de 61 millones de usuarios de ciertas zonas geográficas, un icono que
los enlazaba a los centros electorales, un botón dónde podían hacer clic al
mensaje “Yo voté” y las imágenes de hasta seis amigos de ese mismo usuario que
informaban haber votado ya.
Los analistas de Facebook cruzaron la información obtenida
en el experimento con los electores que realmente votaron en las zonas
seleccionadas. Y la conclusión fue interesante: una buena cantidad de usuarios
reconocieron en su muro que decidieron ir a votar en el momento justo en que se
les notificó que sus amigos ya lo habían hecho.
Se estima que, en esas zonas, las urnas recibieron alrededor
de 60 mil votos de electores que no tenían pensado hacerlo, hasta que fueron
inducidos por el “Yo voté” de sus amigos. El extra de votos en las zonas
seleccionadas, por efecto dominó, llegó a 340 mil sufragios de última hora. Sin
que los usuarios se dieran cuenta, Facebook los indujo a la acción mediante un
algoritmo. ¿Pero más que una inducción, no sería una manipulación?
Inconscientemente, la gente transfiere su estado emocional a
otros, mediante un peculiar contagio, una viralización de su condición anímica,
sin más vía que la exhibición de señales no verbales. Esto lo ha estudiado
recientemente la neurociencia. Basta con expresar una emoción, para que el algoritmo
de Facebook inicie su cruce de datos, o como lo definen los expertos, construya
su “big data”.
Sin embargo, que esta red social pueda inducir a la gente a
votar, no significa que influya en sus preferencias electorales. ¿O si? El
instituto Personal Democracy Media,
por ejemplo, descubrió en 2012 que Facebook había incrementado deliberadamente
el número de post del partido demócrata que aparecía en la parte superior de la
fuente de noticias de casi 2 millones de usuarios norteamericanos. No fue
casualidad que en ese segmento de usuarios, se incrementara la atención en
temas electorales, mediante likes u opiniones propias.
Estos análisis demuestran que Facebook sí influye en el
comportamiento electoral de sus usuarios, como también influye en sus preferencias
como consumidores. Claro está, se trata de conclusiones sobre segmentos de
población de EUA, no de países con otra mentalidad, muy diferente, como la de
México.
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