07 octubre 2014

¿CASCOS AZULES EN GUERRERO?

El gobierno federal ha sugerido participar en misiones de los Cascos Azules de la ONU. Vamos a entrarle a la resolución de conflictos internacionales, aunque se contradigan los principios de nuestra Doctrina Estrada que proclama el derecho a la autodeterminación de los pueblos.

En realidad, una nación no debe apelar a su soberanía ante casos evidentes de genocidio, atentados a los derechos humanos o autoritarismo de gobernantes locales. Sería como taparle el ojo al macho.

Es verdad que las Fuerzas de Paz de las Naciones Unidas han cometido abusos (en Ruanda y Haití por ejemplo), pero en la mayoría de los casos han colaborado con en el alto al fuego, el desarme de combatientes y la protección civil en contra de una autoridad represiva.

Ahora bien, no puedes ser candil de la calle y oscuridad de tu casa. Los casos azules tienen mucho por hacer en varias regiones asoladas por grupos violentos que han rebasado a la autoridad legítima. Y peor: que han sustituido el Estado de Derecho por el bandidaje violento y el salvajismo sin límites (Guerrero, por ejemplo).

¿Si la autoridad pública es sometida o comprada impunemente por paramilitares o por una organización delictiva para quemar vivos a 43 jóvenes entre 17 y 23 años, no debería intervenir la ONU?

¿Si la prensa local tituló a ocho columnas que tras la desaparición de 43 normalistas pobres “por fin se pone orden” en Guerrero, no deberían asomarse los cascos azules en este crimen de lesa humanidad, solapada por algunos medios de comunicación? 

¿Hasta cuantas víctimas se tendrían que contar en una región para que México decidiera formar parte de una delegación de cascos azules? ¿Se valdría que nuestro país participara en misiones de paz en África o Europa Oriental, pero nos ocultáramos detrás de la Doctrina Estrada para impedir que fuerzas de la ONU pusieran orden en nuestra propia casa?


Apuremos las respuestas a estas preguntas, porque mientras tanto, se siguen exhumando cadáveres mutilados y calcinados en fosas clandestinas de Guerrero. Y casi es un hecho que son los cuerpos de decenas de normalistas sacrificados.           

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