06 junio 2013

UGO RUIZ Y EL RECONOCIMIENTO FACIAL


San Pedro es el único municipio del norte de México que puede convertirse en una Smart City, es decir en una ciudad inteligente en la que su infraestructura, su movilidad urbana y sus servicios públicos sean plenamente interactivos. La idea comenzó con Mauricio Fernández pero puede ser el sello de la administración del actual alcalde Ugo Ruiz.

Basta analizar como ejemplo las condiciones tecnológicas dadas para que en muy poco tiempo sea posible el reconocimiento facial como medida de seguridad pública. De hecho es una idea sobre biométrica que desde hace años desarrolló el tecnólogo Julio Loyola de TICSA y que ha provocado el celo de algunas empresas grandes de comunicación.  

Si los dueños de establecimientos comerciales se organizan, en un par de meses será posible reconocer a sospechosos que merodean sus negocios y detenerlos antes de que cometan un delito. Esto gracias al cruce de información procedente de planos diferentes de la ciudad en tiempo real. Algo que solo puede llevarse a cabo hasta el día de hoy en San Pedro, a diferencia de cualquier otro municipio de la Zona Metropolitana incluyendo la tan retrasada ciudad de Monterrey.

Todo gracias al reconocimiento facial que tiene como una de sus funciones las cámaras de seguridad que instaló el Ayuntamiento de San Pedro en las principales avenidas (tan eficientes como para diferenciar gemelos idénticos) aprovechando la red de fibra de vidrio tendida en el municipio y que, de integrarse a los sistemas de vigilancia privada de cada comercio y empresa (más los botones de pánico que se montarán en las principales avenidas), conformará la red de protección ciudadana más eficiente de México. Una ventaja es que el recién nombrado Secretario del Ayuntamiento, Bernardo Bichara Assad conoce bien estos temas y los ha probado en diversos proyectos de impacto social.

Ahora bien, el siguiente paso consiste en que el reconocimiento facial no se quede simplemente en el C-4 de San Pedro, es decir, que no sea sólo material interno de esa corporación policiaca sino que todos los ciudadanos tengamos acceso a los beneficios de la tecnología biométrica de reconocimiento facial que desde hace tiempo ya se practica normalmente con aplicaciones como iPhoto y Picasa (un banco gigantesco de pruebas fotográficas de “caras” creado en 2009).

Nada tiene de malo que cualquiera de nosotros podamos ubicar en su justa dimensión mediante nuestro iPhone a un conocido nuestro o incluso a un extraño y buscar sus referencias y antecedentes en una base de datos creada “ex profeso” por el Ayuntamiento. Además, pronto llegará a México los Google Glass, en cuyos lentes miraremos la realidad con la superposición de información digital sobre nuestros objetivos oculares.

¿Se imaginan los alcances a los que llegará la utilidad de los Google Glass si le añadimos la aplicación Klout, una herramienta gratuita de identificación de alta fidelidad para conocer en fracciones de segundo el nombre completo, el perfil, la influencia social, la reputación y las referencias personales que tenga cada persona que se nos pare enfrente? Los Google Glass y el reconocimiento facial serán parte de la normalidad de San Pedro y sus efectos serán imparables. Claro, si Ugo Ruiz se pone vivo.  

Finalmente San Pedro terminará siendo pionero en América Latina del concepto denominado Internet de las Cosas. ¿Qué significa esto? Que la conexión de cada ciudadano de este municipio no se reducirá a la ecuación “persona a persona”, sino que todo en general estará conectado, desde dispositivos móviles, hasta objetos del mundo físico que habitualmente no cuentan hasta ahora con conectividad como dispositivos móviles, las bancas elegantes de Mauricio, vehículos, edificios y electrodomésticos.

Cada uno de estos objetos contará con sensores que proporcionarán información y servicios inteligentes que se recombinarán en automático. A esto se le llama “sociedad aumentada” o “realidad en red”. De verdad: en San Pedro ya no habrá que buscar el futuro a la vuelta de una esquina porque ha llegado para quedarse. ¿O dejará Ugo Ruiz pasar la oportunidad?      

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