14 junio 2013

¿PARA QUÉ USÓ OBAMA SU SISTEMA DE ESPIONAJE DIGITAL?


Klint Finley, uno de los mayores especialistas mundiales de analítica web ha confirmado lo que para muchos aficionados a las redes sociales era más que una sospecha: la Big Data no funciona en ningún sentido para atrapar criminales.

En realidad, estos sistemas que manipulan enormes conjuntos de datos sirven para descubrir tendencias, hábitos y gustos de segmentos específicos de población, a partir de accesos individuales a Internet. Pero su finalidad es meramente comercial, de marketing o de análisis clínico (la detección oportuna de brotes epidemiológicos ha dado un salto exponencial con el Big Data), pero son inútiles para rastrear terroristas (a menos que sea una serie de ciencia ficción de HBO).

Finley lo explica con un ejemplo convincente: “un agente de la NSA (Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos) nos dirá que alguna vez han atrapado algún criminal gracias al Big Data, pero la realidad, como los atentados en el maratón de Boston, es muy diferente”.

Entonces: ¿para qué Barack Obama gestionó un programa de vigilancia de Big Data si definitivamente no le sirve para cazar terroristas? No hay vuelta de hoja: para espiar las tendencias, hábitos y gustos de cada segmento ciudadano de su país. Dudo, eso sí, que lo hubiera hecho con el fin de erigirse como una especie de Big Brother al estilo chino o iraní. En este punto discrepo de la opinión de Kint Finley. Los gobiernos de Chjna o Irán (Corea del Norte ni siquiera acepta para su pueblo el Internet) espían y bloquean el acceso a la web de sus poblaciones por un claro afán totalitario. Pero Obama, ni quiere ni puede ser totalitario. En menos de cuatro años se irá muy campante a su casa.

No resta más que aventurar una explicación final al interés de Obama de gestionar un sistema de vigilancia con alto nivel de riesgo para su imagen: ¿Recuerdan que el actual Presidente ostentó en sus dos campañas presidenciales (2008 y 2012) el más complejo algoritmo para desentrañar tendencias, gustos y hábitos de cada segmento electoral y que esa herramienta le representó uno de los principales factores de su triunfo electoral? ¿De dónde creen que sacó el dichoso algoritmo? ¿No decía él mismo que se lo diseñó Chris Hughes, una de las principales cabezas de Facebook? ¿Y no está Facebook entre las empresas que pactaron con el gobierno de EUA entregar su base de datos completa? Nadie que yo sepa ha reparado en esta extraña coincidencia.       

¿Pero por qué los republicanos apoyarían este sistema de espionaje digital si operó claramente en contra suya en los dos pasados procesos electorales? Simple: este sistema de espionaje nació clandestinamente durante la administración de George W. Bush. De manera que la exigencia confidencial del gobierno para que cedieran sus bases de datos las más grandes compañías tecnológicas como Microsoft, Google o Yahoo comenzó con Bush, no con Obama.

Sin duda, la red de complicidad de Washington es más amplia que la propia red social. Así que es el mismo sistema político norteamericano sería el menos interesado en promover un impeachment para procesar a Obama como se hizo en su momento con Richard Nixon (que renunció antes del proceso) o con Bill Clinton (que apenas la libró mediante argucias legales).

Lo cierto es que en este juego de mutuas conveniencias políticas, tanto los republicanos como Obama resultaban beneficiados. A excepción, claro está, de la siempre vigilante opinión pública norteamericana, que probablemente acabará por desacreditar el hasta ahora bien visto gobierno de Obama.

A la buena reputación de su imagen no le auguro final feliz.

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