12 junio 2013

MARGARITA ARELLANES, EL MODELO TOYOTA Y LA AMETRALLADORA STEN


¿Fue bueno o malo que la alcaldesa de Monterrey Margarita Arellanes entregara las llaves de la ciudad a Jesucristo? Depende. Para facilitar la formación de un juicio al lector me remitiré al modelo “Lean” de Toyota. Esta iniciativa promueve que los directivos y empleados de una organización se liberen de los procesos y acciones que no sirvan (todo lo “inactivo”) para centrar su atención y tiempo a lo que sí sirve (lo “activo”, lo que adelgaza y racionaliza) y evitar así el despilfarro de recursos.

¿Fue activo o inactivo el acto de Margarita? Si se trata de la marca “Monterrey”, fue un inactivo porque no mejora el entorno de la ciudad: no agiliza la vialidad, ni elimina la corrupción de su administración, ni la entrega de casinos a un solo inversionista, ni repone las innumerables luminarias fundidas, ni rehabilita los parques, ni limpia la suciedad de muchas colonias populares.

En cambio, si se trata de la marca “Margarita” el acto religioso de la alcaldesa es totalmente un “activo” y para nada despilfarró recursos, como lo pide el método Toyota: se habló de ella en la prensa internacional, lo cubrieron casi todos los medios nacionales, fue trending topic en las redes sociales. Gozó de un efecto mediático muy estilo Jenny Rivera: “que se hable bien o mal de mí, pero que se hable”. Escoja el lector cualquier otro modelo empresarial de moda: total quality management, buisness process reengineering, management by objectives, etcétera. En todas, la marca “Monterrey” pierde y en todas, la marca “Margarita” gana.

Y ahora escoja cualquier libro de gestión empresarial que guste: Good to Great (“Empresas que sobresalen”) de Jim Collins, First, Break All The Rules (“Primero, rompa todas las reglas”) de Marcus Buckingham y Curt Coffman, The Breakthrough Company (La empresa rompedora) de Keith McFarland. De aplicar estos libros al caso, en todos la marca “Monterrey” pierde y en todos la marca “Margarita” gana. La alcaldesa es mala e ineficiente como funcionaria pública pero “sobresale”, “rompe todas las reglas” y es “rompedora”.   

¿Por qué digo lo anterior si lo que le interesa a los regiomontanos es que la ciudad esté bien administrada por sus gobernantes? Porque lo que digo es falso: a los regios lo que les interesa en el fondo es que su alcaldesa defienda los supuestos valores locales, y la faramalla religiosa en público es uno de los principales (obvio, no tendría el mismo punch si le entregara las llaves de Monterrey a Zeus, Shiva o Tezcatlipoca). Estos gestos populistas de Margarita son infalibles, facilones de operar y con resultados instantáneos… para ella.

Ahora bien, vamos a la pregunta crucial: ¿Por qué estos actos demagogo-religiosos le funcionan bien a Margarita? Primero, porque dada su simpleza política no podría tomar otras acciones más complejas. La razón del éxito coyuntural de Margarita es el mismo por el que la ametralladora británica Sten fue la más vendida en los años 40 a pesar de su evidente deficiencia tecnológica (era tan mala que solía trabarse al disparar). La norteamericana Thompson M1, en cambio, era mucho más precisa, más fiable, más certera al disparar, pero no se vendía bien como la Sten, que era la favorita por los militares. ¿Por qué? Porque era simple de manipular, fácil de usar, accesible para operar. Y por una extraña razón, la gente prefiere lo fácil, lo accesible, lo simple, aunque no sirva, ni sea útil ni eficaz, ni funcione al soltar un tiro o al administrar una ciudad.        

Segundo, estos actos religiosos le funcionan bien a Margarita por un fenómeno cognitivo conocido como “de la mano caliente”, según el cual tendemos a creer que una racha de resultados buenos (en esta caso la buena imagen de Margarita) se mantendrá inalterable en el futuro. Falso. El ejemplo que niega esta tendencia positiva son los deportistas: el notable rendimiento de un atleta tarde o temprano se verá afectado por variables fuera de su alcance. Es decir, la marca “Margarita” ha podido hacer lo que quiera hasta ahora porque su tendencia se mantiene sin descensos significativos, pero tarde o temprano, dada su simpleza, su fragilidad interna, su inocultable frivolidad, su vacuidad mental, se despeñará. ¿Se acuerdan del popular Adalberto Madero?            

1 comentario:

Anónimo dijo...

SOLO LE DIRÉ A LA ALCALDEZA DE MONTERREY, QUE DIOS SIEMPRE ESTÁ CON NOSOTROS EN VIVO, QUE NO NECESITA TRERLO DE MANERA SIMBÓLICA POR MEDIO DE PASTORES DE X RELIGIÓN,QUE SI QUIERE HACER ALGO BUENO POR LA CIUDAD, QUE HAGA LO QUE LE CORRESPONDE, COMBATIR LA INSEGURIDAD (EL DIABLO)QUE ANDA RONDANDO DIARIAMENTE POR LA CIUDAD DE SU RESPONSABILIDAD, Y QUE LAS CUESTIONES RELIGIOSAS, A LAS QUE TIENE DERECHO COMO CUALQUIER CIUDADANO, NO LAS HAGA PÚBLICAS, PORQUE ASÍ, ESTÁ VIOLENTANDO LAS LEYES.-