30 mayo 2013

BEPPE GRILLO: ¿ELECCIÓN DE CANDIDATOS CON UN LIKE?


Hace un par de días, durante una comida con amigos en casa, preparada por un chef italiano recién avecindado en Monterrey, éste me preguntó si en México funcionaría un experimento político similar al que encabezó Beppe Grillo en las elecciones generales de Italia del pasado mes de febrero.

Para quien le interese saberlo, Beppe Grillo es el activista político que mejor ha sabido utilizar en cualquier parte del mundo las redes sociales en toda la historia de Internet. Y lo hizo superando experimentos tan arriesgados como el crowfunding de la campaña electoral de Barack Obama en EUA. Y es que Grillo llegó a la mismísima raíz del radicalismo digital: nadie lo ha empatado en sus audacias.

Este cómico histriónico, de barba montarás y discurso vehemente, comenzó criticando a voz en cuello la corrupción que asfixiaba al entonces gobierno de Silvio Berlusconi, y terminó fundando en 2009 un partido político (peculiar si los hay), que denominó Movimiento Cinco Estrellas. ¿Y cual es la principal nota extravagante que distingue a esta organización política de izquierda extrema? La forma novedosa como elige a sus candidatos a cargos de elección popular.

Quienes aspiraron a una candidatura para las elecciones generales del pasado febrero por el Movimiento Cinco Estrellas, no ocupaban ser militantes de ese partido. Bastaba con asumirse como ciudadanos hartos de la descomposición política imperante en el ecosistema del poder italiano, zona turbia donde domina aún el famoso dicho mexicano: “ladrón que roba a bandido, merece ser ascendido”. Dicha organización política, antisistema, abrió una plataforma web de código abierto (open source), donde cada aspirante podía enviar sus propuestas de campaña grabadas en un simple video casero, subido a YouTube y junto con un post donde describiera a grandes rasgos su ideal político.

Luego, la plataforma sometía al escrutinio de los usuarios en red la opción de cada aspirante, configurando un sistema de votación en línea mediante clics, y en donde el ciudadano inscrito con mas votos o “likes”, se quedaba con la candidatura. Así de simple. La tarea de Beppe Grillo consistía entonces en cohesionar a los ganadores en torno a una misma declaración de principios y un programa común de acción legislativa.  

Mediante este original sistema de selección interna, el Movimiento Cinco Estrellas eligió a sus candidatos a legisladores y obtuvo un inesperado 25.5% de votación electoral, lo que le dio 108 diputados en el Congreso y 54 senadores. Fue una hazaña memorable, sobre todo porque Grillo decidió no dar entrevistas de prensa a ningún medio masivo de comunicación a lo largo de la campaña  y evitó a como diera lugar cualquier publicidad que no fueran mítines directos y declaraciones en su blog personal. No invirtió un céntimo en pendones, panorámicos ni spot televisivos.  

¿Se imaginan a un partido político en México (típicos autistas despóticos) eligiendo a todos sus candidatos mediante la exhibición de videos caseros subidos a YouTube y votando internamente con ellos a partir de clics en una página web? El experimento digital de Grillo parecería desproporcionado a los escépticos, pero funcionó como reloj suizo a excepción de algunos defectos esporádicos en la plataforma habilitada con ese fin.

¿Aceptaría el reto de operar así nuestro impresentable Partido Verde o el Panal, más empresas familiares pintorescas que verdaderas organizaciones políticas? ¿Estaría de acuerdo el PRI o el PAN o el PRD (caciques abstractos del poder simbólico) con seleccionar a cuando menos algunos candidatos a cargos locales menores con el sistema web del Movimiento Cinco Estrellas? ¿Serían capaces de probar este método democrático interno movimientos civiles como Morena, de Andrés Manuel López Obrador, nuestro Beppe Grillo mexicano?

El error de principiante en el cual incurrió tristemente el Movimiento Cinco Estrellas no fue durante el proceso electoral, sino después, cuando sus candidatos ganadores ya se sentaban en sus respectivos curules. Y es que en la vida real los diputados o senadores independientes son casos sospechosamente raros. Todos terminan alineándose en una u otra posición de la geometría del poder en los parlamentos. Pocas veces existe el simple voto de conciencia y predomina por lo general el voto disciplinario. ¿Qué quiero decir con esto? Que dado que el partido de Grillo los dejaba a su libre albedrío, e incluso los amenazó con confiscarles sus suelos, sus legisladores acabaron alineándose con otras fuerzas electorales representadas en el órgano legislativo o formando sus propios bloques. El éxodo como mecanismo de sobrevivencia legislativa.  

En pocos meses, el Movimiento Cinco Estrellas se desplomó como alternativa electoral.  Su tumba la comenzó a cavar cuando se negó a pactar con cualquier partido tradicional en Italia y en pocas semanas de innovadora oferta vanguardista ha pasado a ser un desolado anacronismo instantáneo y sin futuro promisorio. Se aisló, se quedó solo por voluntad propia y ahora ha perdido casi todo su capital político, al punto de ser el gran derrotado en las elecciones municipales de hace un par de días en Italia.

Conclusión: valoremos en México el método original de Beppe Grillo basado en redes sociales y páginas web para elegir candidatos a cargo de elección popular. Pero no olvidemos que los sistemas de control disciplinario en los partidos son iguales en México que en Italia. La web es un ecosistema novedoso que puede servir para depurar los cuadros militantes de cualquier organización electoral que pretenda ser de vanguardia, e incluso puede aportar elementos para la democracia interna. Pero el poder es el poder y la política es la política. Y eso lo supo indistintamente tanto el florentino Nicolás Maquiavelo como el potosino Gonzalo N. Santos, alias el Alazán Tostado, “primero muerto que capado”.      

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