21 mayo 2013

ANGELINA JOLIE SABE DE QUÉ MORIRÁ: ¿Y USTED?



En febrero pasado escribí un artículo titulado “¿Quieres saber de qué te morirás?” El texto era una invitación a conocer nuestro mapa genético a fin de anticiparnos a la enfermedad mortal que, sin melodramas de por medio, nos podría llevar a la tumba.

Si usted acepta analizar su genotipo, estará en condiciones de conocer su gen defectuoso. Nadie está exento de vivir esta situación tarde o temprano; la diferencia estriba en que algunos queremos saberlo. Otros no.

Terminaba mi artículo planteando al lector algunas preguntas duras pero necesarias: ¿cuánta información médica podemos tolerar para vivir conscientes de ese cáncer o diabetes que nos afectará la próxima década? ¿Tendremos la serenidad suficiente como para vivir con un mal incubado en nuestros genes hasta el día en que aflore como aviso premonitorio de la muerte?

Algunos amigos de Nuevo León han aceptado formar parte de la lista de voluntarios que sí quieren conocer su mapa genético. Varios de ellos, como Horacio Salazar, lo hacen por curiosidad científica. Sé que a Lacho, pese a sus naturales reservas emotivas, le gana su vena de investigador nato.

Otra voluntaria es una ex alcaldesa, amiga nuestra, que valientemente ha aceptado someterse a la misma prueba de la verdad. Quienes no aceptaron participar como voluntarios comprendemos su rechazo: vivir en la certidumbre es a veces peor que vivir en la ignorancia. Emocionalmente, no siempre la verdad nos hace libres. Hay personas que no están preparadas para este tipo de casos y el cáncer es una palabra que todavía provoca miedo y desazón.

En la lista de los que sí aceptaron ser voluntarios para la obtención de su mapa genético, habrá que agregar desde hace unas semanas, al lado de Clara Luz y de Horacio Salazar, a la actriz Angelina Jolie. Sí, la esposa de Brad Pitt.         

La madre de Angelina murió de cáncer a los 56 años. Su hija actriz no sabría explicar la enfermedad que la mató, pero solía preguntarse si lo mismo le pasaría a ella. El estudio de su estructura genética (el mismo de Horacio y Clara Luz) responde a su interrogante con una afirmación: sí, lo mismo le pasará a ella. 

Angelina tiene un gen defectuoso, denominado BRCA 1. Se trata de una mutación genética heredada. Los resultados de su estudio confirman que tiene 87% de riesgo de contraer cáncer de mama. En otras palabras, es casi un hecho que lo padecerá a sus 60 años.

Pero Angelina ha tomado una decisión extrema: reducir lo más posible el riesgo de contraer cáncer. Así que pidió a su cirujano personal que le hiciera una doble mastectomía. Por voluntad propia Angelina Jolie se ha quedado sin pechos. Y espera que otras mujeres puedan beneficiarse de su experiencia y saber que tienen opciones para curar este ma. Claro, tengo amigas que me respondieron descaradamente que así ni chiste tiene la convalecencia de Angelina, porque la cuidará en su cama Brad Pitt. 

Pues bien, la señora Pitt publicó recientemente en “The New York Times” un artículo titulado “My Medical Choice”, donde narra su caso clínico que me ha emocionado profundamente, tanto por razones familiares para mí, como por el sereno heroísmo que reflejan sus palabras. Las mujeres que se han sometido a una mastectomía saben que no es una decisión fácil de tomar. Pero para Angelina le ha significado reducir sus probabilidades de desarrollar cáncer de 87% a menos 5%.

Si pensamos que el cáncer de mama mata cada año a 458 mil personas en el mundo, tenemos que revalorar la voluntad de lucha que ha demostrado Angelina Jolie entrando a un quirófano para extirparse los senos y salvar su vida. O, en un caso más humilde pero más querido para mí, de mi madre, que vive feliz rodeada de sus nietos.         

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