Personajes:
Juan Luis
Rosalía
Voz de Dios
Voz de Dios
Entran a escena Juan Luis y
Rosalía en bicicleta. Él viste de saco, boina y bufanda. Ella con vestido
ligero. Reflejan cansancio. La escena se ilumina con las esferas verdes. Raudal
de luz clara. Se escuchan pájaros y viento.
Rosalía
¡Juan Luis! ¡Juan Luis! Ya me
cansé. ¿A dónde me llevas?
Juan Luis
Al Niágara.
Rosalía
¿En bicicleta? ¿Desde aquí,
de Santo Domingo al Niágara?
Juan Luis
Si pudiera te llevaba en
guagua, Rosalía, pero tu mamá no te da permiso.
Rosalía
Ni la tuya te da plata, Juan
Luis. ¡Y con lo que me gusta viajar! (a
sí misma) Debí ser novia de un piloto de avión. Y no andar con jodidos.
Juan Luis
Yo te haré viajar con mi
poesía, Rosalía, volaremos juntos.
Rosalía
Y de remate eres poeta. Los
poetas son gente pervertida, Juan Luis. Y aparte son… pobres.
Juan Luis
Yo se que soy de tu agrado. Y
cuando llego a tu puerta llega la abeja al panal. Quiéreme como te quiero a ti,
dame tu amor sin medida. No niegues en darme el sí.
Rosalía
¿El sí a qué?
Juan Luis
A lo que te he ofrecido,
Rosalía, un matrimonio sagrado.
Rosalía
¿Y de qué viviremos, tontito?
¿de tus poemas? Créeme que mucho lo siento pero qué dirán de mi.
Juan Luis
(al público) Nomás porque me enamoro, se ponen a dar querella (se vuelve a Rosalía). Total, las palmas
son más altas y los puercos comen de ellas.
Rosalía
¡Puerca tu abuela! (lo tumba de la bicicleta. Se aleja
pedaleando). ¡Majadero! (busca otra
palabra) … ¡Pervertido! (busca otra
palabra) …¡Poeta!
Juan Luis
(Tirado al lado de la bicicleta). ¡Ay!, caí redondo como una guanábana,
sobre la alcantarilla (se toma el pulso)
¿Será la presión o me ha subido la bilirrubina? ¡Es que soy tan tímido! Un
pervertido tímido es peor que un streaper
penoso. ¿A qué Dios puedo pedirle que me quiera una mujer? Ni siquiera soy
creyente.
Voz de Dios
Pero lo serás.
Juan Luis
(Mira asustado al cielo) ¿Quién habló? (Voltea al público). Les juro que no la fumo. (De nuevo voltea al cielo, apenado). Bueno, la fumo a ratos, pero
dime… quién eres. Manifiéstate.
Voz de Dios
Soy Dios
Juan Luis
¿Cuál Dios?
Voz de Dios
El único que existe.
Juan Luis
¡Ah!, ya, claro, Maradona…
eres Maradona.
Voz de Dios
No, ese nomás piratea mi
marca. Y usa mi mano.
Juan Luis
Mmm… ¿Eres Los Beatles? Los
Beatles eran Dios.
Voz de Dios
No eran Dios, pero decían
ellos que eran más famosos que yo. Vaciladas de John Lennon. Mira, hijo, no
suelo manifestarme. La última vez que lo hice fue hace dos mil años. Pero tu
caso es especial. Llegarás lejos, hijo mío. Muy lejos.
Juan Luis
¿Seguro? ¿No habrás errado de
persona? Yo soy un pecador, un simple poeta. Pero ni así tengo éxito con las
mujeres. (baja la cabeza). Son tan
complicadas…
Voz de Dios
Yo por eso no tengo… en fin…
escribir poemas no lo es todo, hijo mío. Fíjate en mi caso: yo he escrito nada
más un libro en toda mi vida.
Juan Luis
Sí. La Biblia.
Voz de Dios
Best seller, modestia aparte. A ver, saca libreta y lápiz (le obedece Juan Luis) Apunta: vas a musicalizar
tus poemas. Aprenderás música en la Universidad de Berklee. Lanzarás un primer
disco que se llamará “Soplando.”
Juan Luis
Híjole señor. ¿No tendrás otro
título?
Voz de Dios
Formarás un grupo musical que
llamarás Los 4-40. Modernizarás el merengue y la bachata. Te consagrarás en
América Latina y Estados Unidos. Harás una de las giras más taquilleras de
todos los tiempos. Te hará un tributo Abel Castillo en el Mandela. Compondrás las
canciones “Burbujas de Amor”, “Bachata Rosa”, “La Bilirrubina”… ¿estás apuntando?
Juan Luis
(escribiendo en la libreta) Sí…”Bachata Rosa”, “La Bilirrubina”.
¿Alguna otra, Señor? (le toca el hombro,
por atrás, Rosalía). ¿Vivir mi vida?
Voz de Dios
No, esa la reservaré para Marc
Anthony.
Juan Luis
¿Marc Anthony?
Voz de Dios
Sí, un flaco feo. Luego te
cuento.
Rosalía
(Se para frente a Juan Luis) ¿Qué tienes, Juan Luis? Hablas sólo.
Voz de Dios
…pero apunta esta: “La llave
de mi corazón”.
Juan Luis
(Ignorando a Rosalía) Perfecto… “La llave de mi corazón”.
Rosalía
(A gritos) ¡Juan Luis! ¿Se te zafó un tornillo? No me gustan los
locos. Vengo de hablar con mis padres. No quieren que yo te quiera. Me tienen
impedimento y no me dejan salir de la puerta al aposento. Créeme que mucho lo
siento (mirando al público) ¿De
cuando acá hablo en rima como letra de bachata? Pinche guionista. (a Juan Luis) Me voy para no verte más (Lo abraza. Sale de escena).
Juan Luis
(Al público) ¿Ven cómo mi plática con el Señor fue nada más un sueño?
(deja el tono melancólico y finge acento cubano) hasta tenía acento
cubano Dios, oye chico (finge acento
italiano), cuando Dios debería tener acento italiano, Mamma mia (finge el
acento argentino) aunque ahora, con este Papa, debe sonar más bien argentino,
che boludo. (Regresa a su tono melancólico)
La vida es sueño y yo soy un simple poeta. Si al menos hubiera sido doctor,
ingeniero, no se, dueño de Telmex… algo digno. A todo el mundo le gusta la
poesía pero no acepta a los poetas. Es como si lloviera café. Como si cayera un
aguacero de yuca y té, y del cielo una jarina de queso blanco. Y al sur una
montaña de berro y miel.
Voz de Dios
¡Ándale!, se me olvidaba esa:
“Ojalá que llueva café”.
Juan Luis
(Al cielo) Quítame señor, tanta duda filosófica: ¿De qué sirve el
éxito si me faltará el amor? ¿Cómo decir un “te quiero” al oído de una mujer? ¿Cómo
decirle te amo sin que vacilen mis fuerzas? ¿Cómo lavar mi ropa interior sin un
alma gemela que le ponga detergente?
Voz de Dios
Con música, hijo mío. La
poesía jala más con música. Y en cuanto a las cosas del corazón, hoy decreto
que no volverá a faltarte el amor, mientras te sigas llamando Juan Luis Guerra.
Y tampoco le faltará amor a quien escuche y baile tus canciones.
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