
Pero el
domingo pasado tu periódico Reforma (aunque
ya se ve que no es tan tuyo), no
publicó tu artículo porque el Consejo Editorial decidió no hacerlo. Así de
simple. Pediste una explicación pero los argumentos que te esgrimieron se redujeron
a dos palabras: “porque no”.
Amigo de la
razón, te topaste con la pared de la cerrazón. Y no te quedó más remedio que
renunciar a Reforma. Yo hubiera hecho
lo mismo; la mayoría no. Lo hiciste mediante una carta que en resumidas cuentas
dice: “.. si me quedo callado, si digo sí patroncito, usted disculpe por haber
molestado al Consejo, pues entonces esta se vuelve conducta aceptable. Se
vuelve norma”.
Pero como
dice la canción, “aquí no hay novedad”. No descubres el hilo negro cuando
escribes ”Y no quiero que lo que me ocurrió a mi le ocurra a otros”. No, Juan,
ya nos pasó a otros y nadie dijo nada. Ni tú. Lo cual es común en los medios
masivos de México. Si algunos nos vamos, otros deciden quedarse, pero en ambos
casos los demás editorialistas permanecen callados, como estatuas de sal y con
la boca cosida. A los exiliados de los grandes tirajes nos quedan los diarios
digitales, los blogs, Facebook o las mesas de Sanborns. Así que toma tu lugar
en alguno de estos guettos.
Me
enternece tu pregunta: “¿van a entregarle a nuevos articulistas un listado de
temas que no pueden tocar, opiniones que no pueden escribir, e innombrables?”
Déjame responderte que sí. Y no hables en tiempo futuro: siempre lo han hecho,
lo hacen y lo harán. Lo peor en este Coliseo Romano “matraquero y petatero” (como
lo dirías con tu lenguaje florido) es que la galería en vez de vitorear
enmudece, finge demencia y voltea para otro lado.
Atribuyes
la censura de Reforma a que este
medio “está en un período de transición generacional. La manera tan burda que
me censuraron a mí nunca lo hubiera hecho la pasada generación, la que se
enfrentó a tanto presidente, empresario, narco e interés en defensa de la
libertad de prensa y de opinión”.
¿Te refieres
a que ya no está Alejandro Junco de la Vega?
No hay comentarios:
Publicar un comentario