21 mayo 2012

MUCHACHOS EN LA CALLE



Hace un par de semanas, saludé por Facebook a una amiga española, radicada en Madrid y tocamos el tema de las marchas. Le dije: “Ustedes los españoles hacen manifestaciones por cualquier cosa: el aumento de impuestos, la carestía de la vida, el desempleo (el paro le dicen en España), la falta de cuota diaria de goles de Messi, un reality show transmitido por televisión muy noche. No me respondió. Pero ayer, mi amiga español, se vengó de mí: “Nosotros en España hacemos marchas por cualquier cosa” me dijo “pero ustedes en México, hacen marchas por cosas que no existen. Salir a protestar masivamente en contra de un político, no por lo que hizo, sino por lo que va a hacer, es forzar demasiado la imaginación. No pueden reclamarle cosas que aún no hace”.

Quizá tenga razón mi amiga, aunque la manifestación juvenil del pasado fin de semana en México, y en varias ciudades del país se debió a lo que los jóvenes consideran una manipulación de información política de algunos medios masivos. No analizaré las causas de estas marchas, sino la manera como se organizaron. La convocatoria se operó a través de las redes sociales. Es la primera vez en la historia de México que un movimiento ciudadano se organiza directamente por Twitter y por Facebook.

En varios países del Cercano Oriente como Egipto, Libia, Túnez, los jóvenes se manifestaron a través de las redes sociales. Se convocaron por Twitter y Facebook a tomar la calle y protestar masivamente en contra de la dictadura que asolaba a su país. Gracias a estas marchas, los dictadores fueron derrocados. México no se puede comparar con ninguna de estas dictaduras del Cercano Oriente: ni con Egipto, ni con Libia, ni con Túnez. Somos una democracia, todo lo imperfecta y desigual que se quiera, pero una democracia al fin. Los gobernantes no se eternizan en el gobierno (excepto alguna líder magisteriales), los ciudadanos podemos expresarnos con libertad, y los votos, en la mayoría de los casos, cuentan. Pero muchos de los 40 millones de jóvenes que existen en México estaban apagados, embriagándose en los antros, jugando a los videojuegos, o mandando los mil y un SMS en sus celulares. 7 millones de ellos son Ninis, ni estudian ni trabajan. 

Ahora, una buena parte de estos estudiantes de escuelas privadas (no solo las públicas), nos están obligando a tomarlos en cuenta y a decidir el futuro que quieren. Ya usan el Internet para organizar acciones políticas, y salir a las calles a manifestarse. Se asumen como ciudadanos con todos los derechos y (espero), con todas sus obligaciones. Esto mientras no se polaricen los ánimos ni se lleguen a extremos. 

En el año 2008, acompañé a mi amiga española a una marcha masiva en Madrid. Fuimos a protestar en contra de un escritor español, porque no queríamos que le otorgaran el Premio Cervantes. Entre los manifestantes de la marcha estaba, ¿quién cree usted?, el propio escritor. Yo me acerqué a preguntarle: “¿Oiga, que hace aquí, si la marcha es en contra suya?” El escritor me respondió: “Soy un fan de todas las marchas; nunca me pierdo ninguna, aunque sea en contra mía. Lo importante no es el destino de la marcha, sino manifestarse”.  O como dice un refrán de los marineros españoles: lo importante no es llegar, sino navegar. 



(EDITORIAL PARA MVS NOTICIAS, DEL DÍA 21 DE MAYO DEL 2012)

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