13 mayo 2014

DON LORENZO Y SU COLEGA

¿Fue Lorenzo Zambrano el principal factor para que Cemex se convirtiera en una de las principales empresas globales? Sus críticos dirán que la expansión de la cementera mexicana traía plan con maña: cemento caro para un pueblo pobre. El polo opuesto lo representaría EUA: cemento barato para un pueblo rico. Su modelo sería entonces similar al de Slim con Telmex: un monopolio nativo con el cual apalancarse para conquistar el mundo.

Sin embargo, aunque ambos ingenieros, Zambrano no era Slim: el primero basó su modelo de negocio en la compra y fusión de grandes empresas globales del mismo giro. El segundo sólo compra empresas en otros países para taparle el ojo al macho: sigue siendo Telmex disfrazado de cosmopolita. En el primero predominaba la estrategia comercial. En el segundo, el mercantilismo monopólico.

Cemex triplicó sus ventas con la fusión de RMC, la más grande compañía inglesa de concreto premezclado. Fue el acto final de 16 sucesivas audacias comerciales que comenzaron con la compra de Valenciana de Cementos y Sansón, de España.

Telmex, en cambio, no deja de ser una compañía provinciana, que no se la juega nunca y cuando a veces sale de compras por el mundo, lo hace como muchas sampetrinas que salen a comprar a la Rue du Fauburg Saint- Honré, en Paris: con la American Express rebosante de crédito pero enseñando el cobre.

La negociación internacional más relevante de Slim en años recientes fue comprar 16.3 % de acciones de The New York Times, por 250 millones de dólares; la más importante compra de Cemex, en el mismo lapso y contra todo pronóstico, fue adquirir la empresa de materiales de construcción australiana Rinker, por 15, 300 millones de dólares. ¿Se aprecia la diferencia?

La mayor aportación del grupo Carso a la educación y la cultura en México es el Museo Soumaya; la de Zambrano fue perfilar el actual ITESM. Finalmente otra diferencia no menor: Slim es el único y soberano mandamás de Telmex; Zambrano, en cambio, nunca fue dueño de Cemex: siempre rindió cuentas a un Consejo de Administración que representa a los accionistas mayoritarios: fondos de inversión de diversos países. Si Slim mete la pata en alguna negociación de Telmex, puede equivocarse de nuevo cien veces y no le pasa nada. Si Zambrano metía la pata en Cemex hubiera sido destituido ipso facto por el Consejo, como Chief Executive Officer.


Uno tiene fama; el otro cultivó prestigio. Uno es temperamental, extrovertido, promotor de eventos sociales y arropado en su descendencia y sus amigos; el otro fue discreto, refinado, sin familia directa y hombre de poquísimos amigos y un tanto solitario. Cuentan que Slim no ha pensado seriamente en quién será su sucesor. Cuentan que Zambrano ya añoraba retirarse a sus lecturas y a su colección de carros y arte prehispánico. Uno está vivo; el otro murió ayer. Que el cielo cuide al segundo. Que el cielo nos cuide del primero.

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