¿Fue Lorenzo Zambrano el principal factor
para que Cemex se convirtiera en una de las principales empresas globales? Sus
críticos dirán que la expansión de la cementera mexicana traía plan con maña:
cemento caro para un pueblo pobre. El polo opuesto lo representaría EUA:
cemento barato para un pueblo rico. Su modelo sería entonces similar al de Slim
con Telmex: un monopolio nativo con el cual apalancarse para conquistar el
mundo.
Sin embargo, aunque ambos ingenieros,
Zambrano no era Slim: el primero basó su modelo de negocio en la compra y
fusión de grandes empresas globales del mismo giro. El segundo sólo compra
empresas en otros países para taparle el ojo al macho: sigue siendo Telmex
disfrazado de cosmopolita. En el primero predominaba la estrategia comercial.
En el segundo, el mercantilismo monopólico.
Cemex triplicó sus ventas con la fusión de
RMC, la más grande compañía inglesa de concreto premezclado. Fue el acto final
de 16 sucesivas audacias comerciales que comenzaron con la compra de Valenciana
de Cementos y Sansón, de España.
Telmex, en cambio, no deja de ser una
compañía provinciana, que no se la juega nunca y cuando a veces sale de compras
por el mundo, lo hace como muchas sampetrinas que salen a comprar a la Rue du
Fauburg Saint- Honré, en Paris: con la American Express rebosante de crédito
pero enseñando el cobre.
La negociación internacional más relevante
de Slim en años recientes fue comprar 16.3 % de acciones de The New York Times,
por 250 millones de dólares; la más importante compra de Cemex, en el mismo
lapso y contra todo pronóstico, fue adquirir la empresa de materiales de
construcción australiana Rinker, por 15, 300 millones de dólares. ¿Se aprecia
la diferencia?
La mayor aportación del grupo Carso a la
educación y la cultura en México es el Museo Soumaya; la de Zambrano fue
perfilar el actual ITESM. Finalmente otra diferencia no menor: Slim es el único
y soberano mandamás de Telmex; Zambrano, en cambio, nunca fue dueño de Cemex:
siempre rindió cuentas a un Consejo de Administración que representa a los
accionistas mayoritarios: fondos de inversión de diversos países. Si Slim mete
la pata en alguna negociación de Telmex, puede equivocarse de nuevo cien veces
y no le pasa nada. Si Zambrano metía la pata en Cemex hubiera sido destituido
ipso facto por el Consejo, como Chief Executive Officer.
Uno tiene fama; el otro cultivó prestigio.
Uno es temperamental, extrovertido, promotor de eventos sociales y arropado en
su descendencia y sus amigos; el otro fue discreto, refinado, sin familia
directa y hombre de poquísimos amigos y un tanto solitario. Cuentan que Slim no
ha pensado seriamente en quién será su sucesor. Cuentan que Zambrano ya añoraba
retirarse a sus lecturas y a su colección de carros y arte prehispánico. Uno
está vivo; el otro murió ayer. Que el cielo cuide al segundo. Que el cielo nos
cuide del primero.
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